Eran
las 8 de la mañana cuando, llenos de fe e ilusión nos poníamos en camino
desde la calle Pedreras, justo detrás de
nuestra Parroquia de San Pedro para
peregrinar hasta Sevilla, a la Casa Madre de las Hermanas de la Cruz, donde se
guardan los recuerdos y el cuerpo incorrupto de la Madre de los pobres.
Tras
encomendarnos a Dios, antes del viaje, emprendimos el camino, con la
consiguiente parada para el desayuno en el camino.